Olinalá es uno de los municipios del estado de Guerrero, se encuentra situado en la montaña, colindante con el estado de Puebla. Este es un pueblo especialista en producción de pintura a partir de materiales naturales.
Se caracteriza por su espíritu hospitalario y su devoción a San Francisco de Asís, el patrono de la ciudad, cuyas festividades tienen lugar los días 3 y 4 de octubre donde la ciudad se engalana para homenajear a su protector.
El nombre de Olinalá proviene del náhuatl y significa “cerca de terremotos”, su territorio cuenta con grandes árboles de lináleo de donde se extrae la madera para hacer las piezas de artesanía.
Las más representativas son las cajitas de Olinalá que se elaboran por el método del laqueado, que consiste en proteger las piezas aplicando varias capas laca; elaborada a partir del aceite de chía y otros ingredientes que la hacen resistente e impermeable.
Además de las cajas, se hacen también figuras decorativas y de uso doméstico como paneras, servilleteros, joyeros, plumas, biombos y baúles. Los cuales, comenzaron decorándose con flores, árboles y pájaros; figuras simples pero con gran detalle que no describían un paisaje como tal, sino que, expresaban la sencillez del día a día. Gracias al mestizaje de diferentes etnias en la región, esta técnica se enriqueció hasta lograr complejas piezas de realismo; que incluyen muchos elementos de manera armónica.
La belleza y detalle en los herrajes, bisagras, flejes y chapas de hierro hacen que estas piezas sean realmente el resultado de un trabajo conjunto y lleno de pasión a las tradiciones, ya que la técnica de elaboración de estas hermosas cajitas, va pasando de generación en generación.
Además de utilizar el árbol de lináleo, también se hacen figuras con piezas como las jícaras y las calabazas; estas son igualmente decoradas y laqueadas, aunque su popularidad no es tan grande como la de las cajas y baúles de lináleo, que los hacen inconfundibles por el olor de la madera.
Estos artículos, llegaron a la ciudad de México por las rutas comerciales que hicieron los pueblos indígenas, así como también a las ciudades de Puebla y de Oaxaca; donde en los mercadillos que se hacían, exponían sus productos teniendo una gran aceptación por los residentes del lugar.
La D.O. ha llegado a la región como medio de apoyo y protección para los artesanos, ya que debido a la globalización, no es difícil encontrar replicas de estos productos, que generalmente son de muy mala calidad; para lo cual se estableció como parámetro que en la región sólo se hicieran las cajitas de la madera de lináleo, en específico, y por el método tradicional.
Así que si visitas Guerreo, no te pierdas la oportunidad de ir a Olinalá y conocer más de sus artesanías; además de su gastronomía, donde encontrarás platillos como el mole rojo, la barbacoa de chivo, el adobo de pollo y el mezcal quemado; además de sus tradiciones y por supuesto la calidez de su gente.
Se caracteriza por su espíritu hospitalario y su devoción a San Francisco de Asís, el patrono de la ciudad, cuyas festividades tienen lugar los días 3 y 4 de octubre donde la ciudad se engalana para homenajear a su protector.
El nombre de Olinalá proviene del náhuatl y significa “cerca de terremotos”, su territorio cuenta con grandes árboles de lináleo de donde se extrae la madera para hacer las piezas de artesanía.
Las más representativas son las cajitas de Olinalá que se elaboran por el método del laqueado, que consiste en proteger las piezas aplicando varias capas laca; elaborada a partir del aceite de chía y otros ingredientes que la hacen resistente e impermeable.
Además de las cajas, se hacen también figuras decorativas y de uso doméstico como paneras, servilleteros, joyeros, plumas, biombos y baúles. Los cuales, comenzaron decorándose con flores, árboles y pájaros; figuras simples pero con gran detalle que no describían un paisaje como tal, sino que, expresaban la sencillez del día a día. Gracias al mestizaje de diferentes etnias en la región, esta técnica se enriqueció hasta lograr complejas piezas de realismo; que incluyen muchos elementos de manera armónica.
La belleza y detalle en los herrajes, bisagras, flejes y chapas de hierro hacen que estas piezas sean realmente el resultado de un trabajo conjunto y lleno de pasión a las tradiciones, ya que la técnica de elaboración de estas hermosas cajitas, va pasando de generación en generación.
Además de utilizar el árbol de lináleo, también se hacen figuras con piezas como las jícaras y las calabazas; estas son igualmente decoradas y laqueadas, aunque su popularidad no es tan grande como la de las cajas y baúles de lináleo, que los hacen inconfundibles por el olor de la madera.
Estos artículos, llegaron a la ciudad de México por las rutas comerciales que hicieron los pueblos indígenas, así como también a las ciudades de Puebla y de Oaxaca; donde en los mercadillos que se hacían, exponían sus productos teniendo una gran aceptación por los residentes del lugar.
La D.O. ha llegado a la región como medio de apoyo y protección para los artesanos, ya que debido a la globalización, no es difícil encontrar replicas de estos productos, que generalmente son de muy mala calidad; para lo cual se estableció como parámetro que en la región sólo se hicieran las cajitas de la madera de lináleo, en específico, y por el método tradicional.
Así que si visitas Guerreo, no te pierdas la oportunidad de ir a Olinalá y conocer más de sus artesanías; además de su gastronomía, donde encontrarás platillos como el mole rojo, la barbacoa de chivo, el adobo de pollo y el mezcal quemado; además de sus tradiciones y por supuesto la calidez de su gente.